miércoles, 27 de enero de 2010

Sobre las aves del terror





Hacia tiempo que no actualizaba, así que ya iba siendo hora.


He tenido una temporada de parón, debido a ciertos problemas personales que han afectado a mi capacidad de concentración, además de que, una vez tuve ánimos para retomar la historia, llegué a otro de esos callejones sin salida tan temidos por los escritores, pero que he conseguido superar cambiando el punto de vista desde el que cuento el capítulo en cuestión. Sin embargo, no es de esto de lo que quería hablar, si no de otro tema que siempre ha estado ahí, pero que últimamente ha aflorado en algunas conversaciones que he tenido con algunos amigos.

La cuestión es esta: ¿Hasta qué punto resulta viable para un pueblo tener aves gigantes carnívoras como montura? ¿Compensa criar a unos animales así? Vamos a analizar esto cuidadosamente.

Ya en la primera entrada del blog me hacia estas mismas preguntas. Hace ya mucho tiempo que tenía claro que quería incluir unas aves gigantes que fueran usadas como montura por un pueblo seminómada de las estepas, similar a los escitas o a otras culturas de Asia central. Estos pueblos, por supuesto, usaban caballos, camellos o dromedarios, ya que las últimas aves gigantes carnívoras se extinguieron hace ya dos millones de años, mucho antes de que existiera el hombre moderno, así que es imposible saber si los pájaros del terror podrían haber sido domesticados y criados como monturas para las migraciones, la caza o la actividad bélica.

Para dilucidar esta cuestión, debemos tener en cuenta el metabolismo de las aves y sus parecidos y diferencias con el de los mamíferos.

Las aves descienden de los dinosaurios (de hecho, lo correcto es decir que las aves SON dinosaurios) y al igual que los cocodrilos (y podemos suponer que los antiguos dinosaurios) tienen un corazón dividido en cuatro cámaras, muy parecido al de los mamíferos, que separa la sangre nueva, rica en oxigeno, de la usada, llena de monóxido de carbono, lo que comúnmente se conoce como “sangre caliente” y que les permite llevar un modo de vida mucho mas activo que el de los anfibios o los reptiles, con un sistema cardiorrespiratorio mucho menos eficiente. Las aves, además, tienen plumas, que son muy efectivas como aislante térmico, al igual que el pelo de los mamíferos, y que se sabe que desarrollaron los dinosaurios con esta función, pero que después fueron aprovechadas para desarrollar la capacidad de vuelo. Sin embargo, tras la extinción de sus parientes mayores, algunas aves perdieron esta ventaja al aumentar de tamaño y así ocupar el nicho ecológico de superdepredadores, apareciendo las primeras aves gigantes no voladoras, como el gastornis, el terror de los bosques y praderas del eoceno, que cazaba pequeños mamíferos, como el hyracotherium. Con el desarrollo de los mamíferos carnívoros, que evolucionaron a formas cada vez mas grandes, estas magnificas criaturas fueron quedando relegadas a espacios más marginales, hasta desaparecer totalmente en Eurasia y Norteamérica, aunque en Sudamérica, que quedó aislada durante cincuenta millones de años, se mantuvieron en la cima de la cadena alimenticia hasta la formación del istmo de Panamá, lo que permitió que los mamíferos cazadores de Norteamérica invadieran America del sur, barriendo por competencia desleal a las ultimas aves del terror, aunque algunas llegaron a hacer el recorrido inverso (quizá siguiendo a sus presas habituales) y migaron hacia el norte, habitando zonas de lo que hoy son Texas y Florida.


Hay que tener en cuenta también que las aves tienen un consumo de líquido más eficiente que los mamíferos, ya que no orinan, ni sudan ni jadean y eliminan el exceso de agua a través de sus pastosos excrementos; lo que hace que puedan soportar mejor las condiciones de sequía y aridez que se dan en desiertos y estepas.

Por todo esto, creo que las aves del terror serían unas buenas monturas: son grandes, fuertes y resistentes, exigen poco alimento y probablemente podrían soportar las duras condiciones de vida de la estepa. En cuanto a su docilidad, no creo que fueran precisamente mansas, pero ese es uno de los aspectos que se pueden modificar mediante el adoctrinamiento y la cría selectiva, que habría dado lugar a variedades que habrían reforzado las características de las que he hablado.

Bueno, quizá penséis que me esfuerzo demasiado por justificar la presencia de un tipo de animal para una función concreta en una historia de ficción, pero quería ir más allá del simple “Es MI historia de FANTASÍA y meto lo que me da la gana”



1 comentario:

Dlobo dijo...

me parece una buena disertación sobre el motivo de usarlos, aunque como bien decimos "el mundo es mio y la magia es la magia" No todo tiene que cumplir las leyes que conocemos en nuestro mundo

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