jueves, 15 de marzo de 2007

El obligado discursito de presentación

Pues bien, aquí estamos ¿Que por qué hacer un blog? Pues principalmente, para ordenar un poco las ideas que me bullen en la cabeza y discutirlas con todo el se pase por aquí y muestre un mínimo de interés en el asunto.

Básicamente, esto pretende ser un diario de escritura. Los que tratáis conmigo a menudo (y algunos de los que no lo hacéis,también) sabéis que me ha dado por ponerme a escribir algo que pretendo que llegue a ser una novela.

La idea de El destino de Dháegrim empezó a formarse en mi díscola cabeza allá por 1999, si no recuerdo mal, aunque puede que fuera un poco más tarde. Por aquel entonces empezaban a aparecer las primeras noticias de la adaptación de El señor de los anillos que iba a realizar Peter Jackson, yo estaba haciendo el módulo de informática en el IES nº 1,y aprovechaba las horas libres que tenía por ahí para bajar a la biblioteca y visitar varias webs en las casi todos los dias había noticias sobre el desarrollo del rodaje de la trilogía. En los ratos muertos que hay desde que te acuestas hasta que por fin te duermes, esos en los que discurres desde el propósito de la existencia hasta si ya es hora de cortarte las uñas de los pies, empezó a formarse en mi mente una imagen: una mujer cabalgaba por una pradera, con gesto firme y decidido y comencé a dar vueltas alrededor de esa imagen ¿quién es esa mujer? ¿a dónde va? cuál es el paraje por el que cabalga? ¿huye o va al encuentro de algo o de alguien? Al ir contestando estas preguntas, se fue formando una historia que cada vez me parecía más interesante, con unos personajes que me obligaban a imaginar más sobre ellos y sus vidas.Finalmente, enpecé a vislumbrar una historia,un hilo narrativo construido con imágenes que iban formando una consecución de escenas bastante atractiva.

Llegó un momento en el que se hizo necesario empezar a poner por escrito esas ideas, si no quería que se perdiesen en el caótico maremagnum de mi memoria. A pesar de que era la misteriosa amazona la primera que había visitado mis ensoñaciones, había un personaje masculino que, poco a poco, iba colocándose en el centro de los acontecimientos, quizá por la influencia de los protagonistas de este tipo de historias, mayoritariamente masculinos. Le busqué un nombre que tuviera resonancia y musicalidad, que recordara quizá a alguna lengua céltica y Dháegrim acabó pareciéndome la mejor opción.

Lo cierto es que yo, por aquel entonces, no tenía mucha idea de escribir. Con diez años había empezado hacer alguna cosilla, gracias a un profesor que nos leía historias de Sherlock Holmes y otros detectives literarios y que nos animaba a que escribiéramos nuestras propias historias y las leyéramos en clase. Dado que los viajes y aventuras en tierras exóticas era mi tema preferido por aquel entonces, ese era el tema del que trataban aquellos primeros balbuceos literarios. Durante unos años dejé la escritura de lado, centrándome más en el dibujo. A eso de los dieciséis volvió a picarme el gusanillo de la escritura, pero los resultados fueron tan patéticos que volví a abnadonar el tema, desanimado. Tuvieron que pasar unos cinco años para que, llevado por la fuerza de esta idea que se estaba formando, volviera a ponerme frente a la página en blanco. Afortunadamente, para entonces conocía a la gente adecuada y la encantadora (al menos la mayor parte del tiempo) Sofía F. Castañón me sugirió que me apuntara al taller literario de la Semana Negra, al que ella llevaba unos años asistiendo.

Así que, varios talleres después, algunas incursiones en otros géneros (ciencia ficción, intriga-terror, slice of life) e incluso alguna cosilla publicada por ahí, decidí aprovechar ese bagaje y toneladas de notas, apuntes, diseños y falsos comienzos para ponerme definitivamente con ello.

Bueno, ya se ha acabado el rollo (de momento)

5 comentarios:

Krasnaya dijo...

Ya era hora de que nuestro Hugo se bloguease. Después de la incursión en los flogs de Olguina... sólo nos faltabas tú.
No te preocupes, que fijo que seguiremos discutiendo.
Por cierto, ¡¡¡añádeme a favoritos ya!!!
Muchos besos, guapo.

Hugo dijo...

Hecho,tú y Mith habéis sido los primeros en tener link.Ahora les toca a Juan y a Sofi.

Dante dijo...

Suerte con el nuevo blog, Hugo. Ya tardabas en hacerte uno ^^

Y si es sobre la historia de Dháegrim, mejor que mejor, siempre es interesante saber qué le pasa a un escritor por la cabeza cuando se pone a escribir.

Así que suerte, tanto con el blog como con la novela.

Donnie_Dunn dijo...

esto me hace recordar alguna conversacion de hace no demasiado tiempocontigo en la que me decias que para que querias un blog.

bueno, parece que ya has encontrado el "para que".

seguire mirando cuando pueda.


saludos

Anónimo dijo...

Creo que fue Nietzsche el que dijo aquello de que los vencedores no creían en la suerte. Es cierto. La suerte es una mentira, una falsedad producto de ese instinto humano que nos mueve a ofrecer conclusiones raquíticas ante lo que creíamos inalcanzable. Las causalidades de tu existencia te han enseñado a corromperte lo suficiente como para abrocharte a la pluma. No es nada exagerado esto que escribo. Tienes los suficientes motivos como para mantener a raya todos tus sentimientos -que de esos sé que sabes que estás lleno- y alimentar las páginas con letras, letras que cualquiera podría tomar como un testamento Porchnik, esos nativos de Oz. Un pitillo de buprenorfina y fenobarbital y saliva de Hugo en tinta.

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